Una lengua se aprende y se enseña...

...dejando atrás la vergüenza.

Este es el slogan que propongo para completar la frase propuesta. Para mi, este curso me ha enseñado a descentralizar el trabajo del profesor: este debe actuar guía, pero dejando un rol mucho más participativo al alumno. Aplicando esto a mi propio aprendizaje, me he dado cuenta de que en toda mi trayectoria como estudiante aprendí mucho más en aquellas asignaturas en las que el profesor delegaba parte del proceso de aprendizaje en nosotros, en las que nos mostraba lo que teníamos que lograr y luego nos dejaba autonomía para conseguirlo, ya fuera mediante trabajos individuales, colectivos, búsqueda en la biblioteca, etc. Además, en mi actuar labor como docente, también he observado como los alumnos aprenden mucho más cuando lo que se permite es que sean ellos quien completen los "huecos" que intencionadamente dejo en su aprendizaje.

También me ha ayudado el ver las múltiples fórmulas de aprendizaje que hay y que las que unas pueden ser 100% válidas para un alumno pueden ser totalmente erróneas para otro. Así por ejemplo, jamás habría pensado que el manipular elementos y desplazarse en una determinada tarea pudieran ser la mejor forma de aprendizaje para un alumno. El tomar consciencia de ello haré que cambie mi forma de dar clases, puesto que es también perfectamente aplicable a otras asignaturas distintas del ELE como la que yo imparto.

El curso en sí me ha resultado ameno, aunque el primer módulo fue tal vez demasiado teórico tal y como ya mencioné en la comparativa de cursos.

Por último, agradecer a Pilar todo lo que ha hecho y a mis compañeras de grupo sus aportaciones individuales a las tareas conjuntas.

Un abrazo enorme, ¡nos vemos en las aulas!